EL LE LLAMO ACEPTACIÓN A ESE LLANTO SIN CONSUELO Y DESDE AHÍ TRANSFORMO LA RIGIDEZ DEL MIEDO CRUEL Y PARALIZADOR EN IMPULSO MOTOR.
EL LE LLAMO PLENITUD A ESA RISA EN CARCAJADA Y DESDE AHÍ LA VIRTUD DE VIVIR LIBRE O NADA CRECIÓ. COMO UN ALUD ELIGIÓ VER LA LUZ.
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