Algunas veces vuelo y otras veces me arrastro demasiado a ras del suelo, algunas madrugadas me desvelo y ando como un gato en celo patrullando la ciudad, en busca de un gatita, en esa hora maldita en que los bares, a punto están de cerrar, cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar.
Algunas veces vivo y otras veces, la vida se me va con lo que escribo, algunas veces busco un adjetivo inspirado y posesivo que te arañe el corazón, luego arrojo mi mensaje se lo lleva de equipaje una botella al mar de tu incomprensión no quiero hacerte chantaje solo quiero regalarte una canción.
Y algunas veces suelo recostar mi cabeza en el hombro de la luna, y le hablo de una amante inoportuna que se llama Soledad.
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